Recuerdo a José María Sanz

En los albores de la Semana Santa del año pasado, cuando aún podíamos escuchar el eco de nuestros tambores y la explosión de alegría y júbilo por ver al  Cristo Resucitado, todos los Alcañizanos perdimos a una de esas personas que podíamos tildar de irrepetibles. José María Sanz Vivas, falleció el día 18 de Abril de 2.016 y, aunque su muerte fue inesperada, el legado que nos dejó fue infinito.


Representante de Alcañiz en los numerosos viajes por la geografía española, bien en el marco de las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y del Bombo organizadas por el Consorcio Nacional, bien en el Bajo Aragón histórico en las Jornadas de Convivencia de la Ruta, siempre exportando fuera de nuestra árida tierra bajo aragonesa, la elegancia, sobriedad, brillantez, solemnidad y luminosidad del color azul celeste de la Semana Santa Alcañizana - (“Un río de aguas azules, que propaga un rumor, que se hace pregón”- decía Jesús Jaime en su pregón del año 2.015-), así como transportar fuera de nuestra población el deleite del sonar de nuestros tambores Alcañizanos con sus repiquetes incesantes y agradable armonía.

Tanto José María, como su Junta, luchó por erigir a la Cofradía del Santo Entierro en la MADRE del resto de Hermandades y Cofradías Alcañizanas, y a fe que lo consiguió. Su trabajo incesante, sus paseos por el casco urbano de la ciudad para comprobar el correcto transcurrir de todas las procesiones.

¡Que difícil gestionar y organizar una Cofradía como la del Santo Entierro!
¡Que trasiego de peanas, portantes, banda de tamborileros, romanos, mayordomos, prior, sibilas, figuras bíblicas, portantes de estandartes, baturros y baturras y un largo etcétera, y todo lo que ello conlleva en cuanto a vestuario y atuendos.
¡Cuanta gente hay que organizar!
¡Que nervios y responsabilidad!

Pero nuestro querido José María, apoyado por una Junta siempre al servicio de la Semana Santa, lograban aunar esfuerzos y trabajo para que todos nosotros vivamos  cada Semana Santa como la mejor.

Pequeños gestos y rutinas se vienen repitiendo año tras año y se repetirán, y esto es la verdadera esencia y significado de la Semana Santa, son momentos que todos vivimos en familia y siempre con un recuerdo hacía los que ya no están. Este año cuando nuestro cura Párroco diga en el momento culmen de la Semana Santa, “suenen los tambores”, todos los que te hemos conocido miraremos al cielo y pensaremos en ti, en los años que compartimos y trabajamos juntos con un solo objetivo, tener una Semana Santa cada año mejor y más solemne.

Descansa en paz José María.